Las Mates y su Aprendizaje

Mónica Rodríguez

Profesor- Alumno: un cariño exigente noviembre 27, 2007

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Es necesario que el profesor se entregue absolutamente a sus alumnos, que esté siempre dispuesto a escucharlos y ayudarlos.

 Más allá de transmitir conocimientos, de saber las materias y de hacer clases, el que el profesor quiera a sus alumnos, además de una buena disposición, buen juicio y criterio a la hora de relacionarse con ellos parecen ser la clave para una buena relación entre ambos.

Pedro Valentini, sub-director del Colegio Tabancura, asegura que no solo hay que pensar en “que hago para que este niño llegue a buen puerto. Hay que empezar por quererlos, porque cuando uno quiere pone lo mejor de sí­ en esa persona y la persona querida también da lo mejor de sí­, lográndose resultados espectaculares. En otras palabras: quererlos es interesarse por los alumnos, exigiéndoles, porque la exigencia es cariño; lo contrario es indiferencia. Cuando uno de ellos esté con problemas necesita que le echen una mano y ahí­ está el arte del profesor”.

 

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Un buen profesor es una persona que asume con pasión y con cabeza su vocación y se entrega a los demás pensando siempre en el bien de sus alumnos. A continuación expone algunas virtudes que lo caracterizan:

. Democrática: Todos participan. En este método el profesor sabe combinar el afecto con exigir del alumno lo mejor que él puede dar. “Con una mano tiramos la rienda y con la otra acariciamos, pero con una cancha bien rayada”.

– Buen conocimiento de lo que enseña: más allá de lo que dicen los programas, o lo que dicta el Ministerio. Le gusta lo que enseña, sabe por qué es importante para los alumnos y sabe discernir lo esencial de lo prescindible.

– Trato adecuado: es una persona alcanzable, capaz de relacionarse bien con los demás. Tiene una personalidad afable, sentido del humor, es cortés, busca siempre dar el ejemplo con todo lo que hace. Tiene una honda preocupación por cada uno de sus alumnos y por su felicidad. Jamás descalifica, jamás se burla ni es sarcástico.

– Criterio pedagógico y formativo: para saber cuando corregir, cuando felicitar, cómo ayudar. A veces es lo que más falla a la hora de tener una buena relación con los alumnos.

– Sólida formación en virtudes: tiene claros conceptos como la dignidad de la persona humana, su intencionalidad, etc…
– Autoexigencia
– Sentido de servicio
– Laboriosidad y constancia
– Alegrí­a de vivir

http://www.educar.cl/htm2006/profealumno.htm